martes, 5 de julio de 2011

10. De nuevo Beijing.

Ya no es nuevo para nosotros viajar en los trenes durante tantas horas, así que aprovechamos para dormir bastante. Visto uno, vistos todos, siempre haces amistad con los de tu compartimiento, y suelen ser generosos y te ofrecen fruta, o bebida suya de esas raras, comen muchos huevos cocidos, y bolsas de guisantes que las comen como pipas.
Una vez llegamos a Beijing, nos volvimos a alojar en el mismo hostel que la vez anterior, ya se sabe más vale malo conocido que bueno por conocer.
Estos días aquí los estamos dedicando a hacer algo de compras, pero es una actividad agotadora, hemos ido al mercado más famoso, “el mercado de la seda” cinco plantas donde los dependientes chapurrean desde italiano a arabe, te llenan de alagos con el unico objetivo de venderte más y más cosas, y la verdad es que cuesta bastante llegar a un precio razonable con ellos, y pierdes mucho tiempo para conseguir algo, y aunque creas que está bien de precio siempre te estarán estafando…
Tambien hemos dedicado un dia entero en ir a visitar el barrio del arte, es similar al de Shanghai, pero de dimensiones mayores y solo son galerías, mezclarte con los propios pintores es casi imposible, pero es muy interesante, el transporte para llegar es complicado y acabarás cogiendo taxi (por precios casi irrisorios) las galerias son todas enormes de techos altos, antiguas fabricas así que la mezcla industrial con el arte más transgresor es cita obligada para todo aquel que le guste el arte.
Nos reservamos la muralla como plato fuerte de despedida así que ya os contaremos porque nos quedan unicamente 3 dias aquí, estamos disfrutando mucho aunque en ocasiones tengamos ganas de estar en casita en un abrir y cerrar de ojos.

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